Un día más que empieza,
donde la Luna duerme tras el Sol.
Pienso en ti,
en la luz de tu mirada.
Soy feliz viendo tu recuerdo
paseándose en la habitación.
Mi almohada huele a ti,
a noches llenas de susurros.
Nada es igual.
La risa no pasa por aquí.
Las promesas de mañanas de fortuna
no se estancan sobre las rosas
que desconocen ya la mano que las acaricia.
Si regresaras a mí,
los besos se harían eternos.
Los consuelos no hacen eco
en un corazón que murió
cuando de mí te alejaste.
Y así, tras tu partida,
moriré de ti.
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